Volando con Perspectiva
Por Yuraima Arguinzones
Coach de Bienestar
Ahora que pareciera volverse normal usar mascarillas…
Una idea asalta mis pensamientos..
Tal vez… el Universo nos esté impulsando a mirarnos a los ojos, para aprender a reconocer la bondad en cada cual…
Son muchas las preguntas que me invadían una noche de desvelo y reflexión en la que decidí hablar con mi amiga Perspectiva, ella es… algo compleja, buscadora incansable, lectora voraz, de ojos grandes y profundos.
Sabía que era la persona ideal para plantearle mis inquietudes y preocupaciones. Ella siempre tiene la palabra perfecta, el consejo indicado, que me ayuda a ver más allá de lo evidente. Sus ojos le permiten captar lo que los míos no pueden y percibir incluso lo que pudiera ser, luego del diario transcurrir.
Me invitó a viajar…
– Volemos – dijo. Viajera empedernida, de qué otro modo iba a mostrarme las respuestas a mis innumerables preguntas, sino volando?!
– ¡Observa con atención! ¿Notas que hay menos personas en la calle? Es porque ahora tienen la oportunidad de estar más tiempo juntos en casa. Para conocerse mejor, descubrirse, sentirse, tocarse, olerse, encontrarse o quizás desencontrarse.
– Depende de cada uno… – supuse yo.
– ¡Mira a aquel grupo de jóvenes! Sus ojos, ahora practican el discernimiento a través de la mirada, también tienen que agudizar el oído para escuchar mejor a través de la necesaria barrera…
– ¿Necesaria? Obligatoria! – pensé
– ¿Habías visto aquel río así de limpio? ¿Cuándo fue la última vez que viste esos campos así de verdes?
– ¿Verdes? ¡Siempre los vi marrones, pensé que no había vegetación allí! – contesté.
– Cuando vuelvas a casa – me hizo salir del asombro Perspectiva… – Luego de nuestro viaje, asómate por tu ventana e intenta encontrar las formas delante de ti, las líneas, figuras abstractas. Dibújalas! Hazle fotos! Grábalas en tu mente! Y luego hazlo adentro. Estoy segura, que verás tu entorno muy distinto y si buscas un poco más allá te sentirás reconfortada… – culminó de este modo mi vuelo con perspectiva.
Un par de preguntas me quedan para la reflexión:
¿Cuántos años tienes viviendo hacia afuera? ¿Crees que podrías dedicar unos meses viviendo hacia adentro?