Relatos con Emoción: Un Café con Gratitud

Por Yuraima Arguinzones
Coach de Bienestar

Amiga Gratitud, ¿cómo estás?
Bienvenida a mi casa, pasa y siéntate…
¿Nos tomamos un café?

Hace tiempo que quería conversar contigo…
Sabes bien que desde que llegaste a mi vida,
me hiciste cambiar mi manera de pensar y construir mi día a día.
Por ello, quiero decirte: ¡Gracias!

Sí… ya sé, vas a decirme que ya te agradecí antes…
Y yo te diré que me encanta pronunciar esa palabra,
me la enseñaste con tanta dedicación y paciencia
que ahora está presente en cada momento de mi vida.

Amiga, siento que cuanto más te recuerdo
y pronuncio la palabra mágica que me enseñaste,
ocurren cosas maravillosas.

Pero…
Gratitud, debo confesarte que algunas veces tardo un poco en recordarte
Ayer me sentía un poco… ya sabes… capa caída,
Preocupada por las responsabilidades a las que debo hacer frente.
De pronto recordé a mi amiga Gratitud e inmediatamente me sentí mucho mejor!
Tu dulzura y amabilidad me reconfortan…
Seguido de ello, comencé a decir Gracias y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
Continué diciendo Gracias y sentí mayor seguridad y calma.
Me di cuenta que tenía un millón de razones para ser feliz.

Pensar en ti, Gratitud, me conectó directamente con la abundancia dentro de mí y desde luego con mi Dios que es la fuente ilimitada de todo lo que tengo y soy…
Recordé lo que incansablemente me dices…
“Se agradecida en todo momento por el momento.”
“Concéntrate en lo que tienes y da Gracias por ello.”

Me encanta recibir tu visita y comunicarme contigo a diario,
eres de esas amigas para toda la vida!
Gracias por estar en mi vida!

¿Qué tal está el café?